La protección administrativa del Parque Nacional de Nairobi. Viabilidad, futuro y  estrategias para mantener una Zona Urbana Protegida

 

Teresa Mbatia
Universidad de Nairobi, Departamento de Geografía y Estudios Medioambientales

Resumen

Numerosas intervenciones para la conservación han sido implementadas en el ecosistema de pastos abiertos, al sur del Parque Nacional de Nairobi, con el fin de detener la subdivisión, vallado y venta de tierras para urbanizarlas que están afectando negativamente a los corredores migratorios de fauna salvaje y las áreas de dispersión para la fauna salvaje del parque. La mayoría de estas intervenciones no han sido exitosas o no se han implementado plenamente. No obstante, una de estas intervenciones hace doce años que se implementa y ha sido considerada exitosa por parte de ONG y conservacionistas que trabajan para detener la fragmentación de los ecosistemas de pastos abiertos. El programa implementado fue el de Arrendamiento de Tierras para la Conservación de la Fauna, basado en el modelo de pago por servicios al ecosistema. Este artículo trata sobre el éxito de esta propuesta, en base a entrevistas con hogares de los pastores participantes en el programa, que supuestamente se han beneficiado de los pagos por arrendamiento, a cambio de mantener sus tierras abiertas, sin cercados, subdivididas y evitando su venta, todo ello con el propósito de proteger la migración de fauna salvaje y los hábitats.

Basado en estudios empíricos, este artículo remarca que la venta, subdivisión y vallado de las tierras en las áreas de dispersión de Kitengela se mantiene, especialmente desde que el programa WCL (las siglas en inglés del Arrendamiento para la Conservación de la Fauna) finalizó. El artículo trata los motivos por los cuales el programa WCL no es tan exitoso como se podría haber pensado. Para los pastores maasai propietarios de tierras que no quieren vender y subdividir su tierra, el vallado continúa, porque la fauna del parque no les genera  beneficios, mientras compite con su propio ganado por el pasto y el agua, ataca al ganado, destruye sus plantaciones (para los agro-pastoralistas) y contagia enfermedades al ganado. Así que no ven el sentido de dejar sus campos abiertos en beneficio de la fauna, que les hace más mal que bien. En segundo lugar, la mayoría de propietarios que tienen tierras cerca de las principales carreteras donde hay un mayor desarrollo urbano, y en la frontera más cercana al sur del parque, encuentran más provechoso vender, antes que continuar con el estilo de vida pastoral, caracterizado por su dureza, especialmente en la estación seca, debido a la falta de acceso a recursos alternativos de pasto. Además, el valor de las tierras es muy elevado, especialmente cerca de las carreteras y uno puede vender tierra y conseguir suficiente dinero para sobrevivir el resto de su vida si lo administra correctamente. En tercer lugar, algunas de las intervenciones de conservación como el programa de arrendamiento para la conservación de la fauna, que tenían muy buenas intenciones, fueron insostenibles desde su inicio, hecho que indica que la idea fue impuesta y la comunidad no fue involucrada en la toma de decisiones.

El programa WCL necesita financiación para que pueda ser sostenible. Desde que la financiación se detuvo, también lo hizo el programa. Esto revela una falta de desarrollo del programa. Está claro que los diseñadores, implementadores y financiadores del programa (ONG conservacionistas y el Kenya Wildlife Service gubernamental) no se involucraron con la comunidad cuando decidieron aparecer con un sistema de pago por arrendamiento de tierras. Miembros de la comunidad revelaron que su mayor preocupación fue el acceso de su ganado a las tierras de pasto, que es su fuente de supervivencia. Añadieron que compartieron sus tierras de pasto con la fauna del parque y se suponía que debían acoger a los animales en sus tierras. Para ellos esto es injusto porque los animales salvajes compiten con los suyos por recursos como el pasto y el agua, mientras que a ellos no se les permites entrar al parque con su ganado. Esto sucede incluso durante la estación seca, aunque hayan acogido los animales del parque en la estación mejor, lo que provoca que la hierba para pasto doméstico se agote.

Además, a pesar de ser la única comunidad indígena que coexiste con la fauna en la época moderna, la comunidad pastoralista Maasai es percibida por los burócratas de la conservación como una amenaza para la conservación, por su tendencia a matar leones que atacan al ganado. Estas percepciones sólo sirven para aumentar las tensiones y la animosidad entre la comunidad y la dirección del parque. Al final, la comunidad no ve motivo para dejar sus tierras abiertas para la fauna, y el vallado, subdivisión y venta de tierras no se detiene.

Antecedentes del Parque Nacional de Nairobi

El Parque Nacional de Nairobi se encuentra en Nairobi, la capital de Kenia. Está situado a sólo 7 km al sur del Distrito Central de Negocios de Nairobi (CBD), en la parte más al sur de la ciudad. Se sitúa entre los 2°18’- 2°20’ Sur y los 36°23’-36°28' Este, a una altitud de 1.780 m sobre el nivel del mar (Kenya Wildlife Service 2005). El parque ocupa 117 km2 (28.911,33 acres), cubriendo prácticamente el 17% de la ciudad (Government of Kenya 2012).

Figura 1: Contexto Espacial del Parque Nacional de Nairobi en Nairobi

Fuente 1: French Research Institute, Nairobi

Administrativamente, el Parque está en el condado de la ciudad de Nairobi, limitando con los condados de Kajiado y Machakos al sur y este, respectivamente. El parque está abierto en la parte sur, abriéndose a la región comunitaria de Kitengela, dentro del ecosistema Athi-Kapiti en el condado de Kajiado (también conocido como el área de conservación de Kitengela) (Gobierno de Kenia 2012).

A nivel regional, el Parque Nacional de Nairobi es parte del Ecosistema Athi-Kapiti, que tiene una extensión de 2.200 km2, como se muestra en el mapa más abajo (H.W. Gichohi 2003). Las llanuras de Athi-Kapiti son principalmente una amplia sabana habitada por las comunidades pastorales indígenas maasai, quienes han utilizado las llanuras durante siglos y su ganado ha pastado en coexistencias con la fauna salvaje. Las llanuras tienen un abundante número de especies de herbívoros salvajes, que atraen a los leones. Han sido descritas como poseedoras de una de las más espectaculares y numerosas concentraciones de vida salvaje de África Oriental antes de que los colonizadores europeos llegaran a la zona en el siglo XIX y principios del siglo XX (Gobierno de Kenia 2012).

Figura 2: Parque Nacional de Nairobi y las llanuras de Athi-Kapiti en el condado de Kajiado, al sur del condado de la ciudad de Nairobi.
Fuente 2: (Kenya Wildlife Service, 2005)

El límite occidental del ecosistema Athi-Kapiti es el escarpe del Valle del Rift, mientras que el límite sur-oriental es el ferrocarril Konza-Magadi. Los herbívoros del parque tienen un circuito migratorio anual entre el Parque Nacional de Nairobi y los llanos del sur, hasta el Serengeti en Tanzania. Durante la estación de lluvias, los herbívoros migrantes salen del parque para pastar hierba en la tierra comunitaria de las llanuras Athi-Kapiti (AKP), donde se reproducen y crían (Owaga 1975). Los patrones de lluvia dentro de AKP regulan las migraciones de grandes herbívoros. Al inicio de la época de lluvias, las cebras se desplazan fuera del parque, que es un refugio para la época seca, seguidas por los ñus y otros herbívoros hacia la parte sur-oriental del ecosistema (Giochi 1996). A pesar del uso intensivo actual de las llanuras Athi-Kapiti por parte de los humanos, debido a la creciente urbanización en algunas áreas, mucha fauna salvaje aún se encuentra en las llanuras Athi-Kapiti. Las llanuras marcan la “línea vital” del Parque Nacional de Nairobi. Consecuentemente, la gente que vive en esta zona asume la mayoría de costes sociales, políticos y económicos relacionados con la existencia de un parque de turismo de fauna salvaje en la ciudad.

A nivel nacional, el parque se encuentra en el área de conservación del sur de Kenia, una de las nueve regiones calificadas por el Servicio de Fauna Salvaje de Kenia (KWS) como dignas de conservación y de protección de especies en peligro de extinción. El ecosistema sureño de pastizales comprende seis sub-ecosistemas contiguos que son (1) Serengeti-Mara; (2) Nairobi-Athi-Kaputei; (3) Rift del Sur; (4) Amboseli-Kilimanjaro; (5) Tsavo-Mkomazi y (6) ecosistema forestal del Lago Naivasha-Elementaita-Nakuru-Eburru (Gobierno de Kenia 2012).

Figura 3: El Parque Nacional de Nairobi y el Área de Conservación del Sur

Fuente 3: http://www.nrel.colostate.edu/projects

Rasgos Naturales y atracciones del PNN

Se cree que el PNN es la única reserva de fauna del mundo ubicada dentro de una gran ciudad. Por este motivo, el parque está considerado no solo un importante rasgo ecológico, sino también un símbolo nacional, aportando beneficios económicos, sociales y culturales  sustanciales. Al estar localizado en una gran ciudad, en medio de destacados procesos urbanos, industriales y de transportes, el parque es importante medioambientalmente, actuando como un gran sumidero de carbono. A nivel económico, el parque genera ingresos significativos derivados del turismo de fauna salvaje, además de crear puestos de empleo directos e indirectos en el sector. A nivel social, el parque actúa como un importante espacio de ocio para los residentes urbanos, que lo usan como un área verde de ocio. Asimismo, el parque es un rasgo cultural importante, que contribuye a preservar la herencia natural del país. A pesar de su reducido tamaño, el PNN tiene una rica combinación de flora, fauna y rasgos geomorfológicos. Los principales hábitats del parque incluyen pastos de hierba, árboles dispersos, arbustos, hábitats rocosos, ríos y corrientes, presas, humedales y bosque. En cuanto a los animales, tiene un abanico de herbívoros, carnívoros, primates, reptiles, anfibios y pájaros.

Figura 4: Herbívoros en el PNN (cebra y jirafa, respectivamente)

Fuente 4: Trabajo de campo, 2014

Los herbívoros que se encuentran en las praderas abiertas con arbustos incluyen jirafas, cebras, ñus, búfalos y antílopes como elands, impalas y gacelas, búfalos, dik diks, antílopes acuáticos, reduncas, antílopes jeroglíficos, duikers, rinocerontes, hipopótamos y potamoqueros. Los pequeños herbívoros incluyen jerbos, ratas de hierba, ratas kusu, liebres saltadoras y liebres comunes. Algunos de los animales son territoriales, prefieren quedarse y alimentarse dentro del parque, mientras que el resto son no-territoriales y selectivos sobre los alimentos que toman, manteniéndose alejados del parque en busca de hierba joven y pasto tierno.

Los carnívoros son la principal atracción para los turistas del parque. Los predadores que pueden ser vistos en el parque incluyen leones, leopardos, guepardos, hienas manchadas, hienas rayadas, chacales, zorros, gatos cervales, linces, civetas africanas, ginetas, tejones de la miel, mangostas, osos hormigueros y damanes. La mayoría de ellos son especies en peligro y algunos de ellos están ya extinguidos, como el guepardo, que no ha sido visto desde hace varios años. También son el origen de ataques depredadores sobre el ganado maasai, llevando a casos de conflicto humanos/fauna salvaje fuera del parque, en la tierra comunitaria de Kitengela. El problema de los ataques de  leones al ganado de la comunidad, fuera del parque, es un tema muy político y emocional, con el gobierno, conservacionistas y compañías turísticas criminalizando a las comunidades pastorales por matar leones como venganza por los ataques y con las comunidades pastoralistas acusando al gobierno de preocuparse más por los animales salvajes que por las vidas humanas1. Actualmente, hay treinta y ocho leones en el parque, según el último censo2. Según entrevistas con miembros de la comunidad maasai, este número es demasiado elevado, considerando el tamaño del parque (Mbithi, et. al. 2012).

Figura 5: Carnívoros del Parque Nacional de Nairobi: un cachorro de león (izquierda) y león adulto (derecha)

Fuente 5: Fotos cortesía de Atif Chugtai

Los primates, que son principalmente omnívoros, incluyen los babuinos, cercopitecos verdes, cercopitecos de Sykes, y gálagos. Otros animales más pequeños incluyen murciélagos, puercoespines, ratas de abazones gigantes y varios tipos de ardillas. Reptiles y anfibios incluyen cocodrilos, tortugas, lagartos, geckos y camaleones, variedades de serpientes, ranas y sapos. Hay más de 400 especies de pájaros en el parque. La variedad de pájaros depende de la estación del año. El pájaro territorial más grande que se puede encontrar en el parque es el avestruz. Otras especies de pájaros que se pueden encontrar incluyen la avitarda de Kori y sus parientes más pequeños, la avutarda de panza blanca y la avutarda heartlands. Gallinas de Guinea, buitres, ibis verde y sagrado, grullas coronadas y pájaros secretario también son habituales. En la estación de lluvias, los migrantes del norte como el papamoscas europeo de Montagu y los aguiluchos pálidos son abundantes. Una rapaz avistada comúnmente en el parque es el Buteo augur (libro guía FoNNAP, Nairobi y región).

La mayoría de los animales no están tan ampliamente presentes como los mencionados, estando varios de ellos en peligro según la IUCN. Por ejemplo, en los años 70, el PNN y el ecosistema Athi-Kapiti disponían de la segunda mayor población mundial de ñus, con unos 30.000 ejemplares (Ogutu, et al. 2011). La población ha menguado hasta menos de 4.000 ejemplares según un censo llevado a cabo por DRSRS en 2011 (Gobierno de Kenia 2012).

Figura 6 Tendencias de la población de fauna salvaje: 1990-2004

Fuente: Kenya Wildlife Service, 2005.

Usos del PNN

Podemos identificar dos categorías de usos del Parque Nacional de Nairobi. Estas son (1) usos no-consuntivos, que son concebidos o legales y (2) los usos consuntivos, que son percibidos e ilegales. Los usos no-consuntivos son el turismo de fauna salvaje, recreación urbana y ocio mientras que los consuntivos incluyen ganado pastando en el parque, así como recoger leña y plantas medicinales.

Usos Consuntivos-Turismo de fauna salvaje, recreación urbana y ocio

Según Lefebvre (1991), el uso consuntivo del espacio se refiere al uso “prescrito”. En otras palabras, usos del espacio acordados, recomendados o pactados. Estos son planeados oficialmente, formales y reconocidos o permitidos por las autoridades. Son construcciones dominantes del espacio o representaciones del espacio, que dictan el uso ideal de un espacio en particular. Habiendo sido el primer parque en ser reconocido como un área protegida en Kenia, y siendo tan cercano a la ciudad, en términos de conservación de fauna salvaje, las representaciones dominantes del espacio del Parque Nacional de Nairobi son el turismo de fauna salvaje, recreación y ocio. Como parque nacional reconocido, únicamente la conservación de fauna salvaje y el turismo están permitidos por las autoridades gubernamentales de gestión del parque, desde la época colonial cuando el parque fue creado, en 1946. En el boletín informativo para los visitantes, el Servicio de Fauna Salvaje de Kenia remarca la experiencia de ver fauna salvaje, las características del paisaje natural y las áreas de picnic.

Las actividades relacionadas permitidas dentro del parque son visionado de fauna; eventos corporativos como cenas en la sabana y construcción de equipos; producción de vídeos y películas; fotografía recreativa; eventos especiales como bodas; picnics y juegos y recientemente, acampadas organizadas por un inversor privado dentro del parque para turistas internacionales. El campamento lo gestionan campamentos Porini bajo el nombre de Nairobi Safari Game Watchers. Pertenece a una compañía extranjera, que también ofrece servicios de acampada en otras tierras comunitarias en otras ubicaciones en tierras de las Comunidades Pastoralistas. Los Campamentos Porini son muy caros y una estancia de una noche equivale a una noche en un hotel de cinco estrellas. Desafortunadamente, KWS no tiene capacidad para organizar actividades de acampada más baratas3.

Percepciones del Parque para Turistas Internacionales

El parque es popular entre los visitantes internacionales y turistas que van a Nairobi para una estancia corta y no tienen tiempo de visitar otros parques de fauna del mundo. Las concepciones dominantes del espacio como lugar de turismo de vida salvaje y recreación son las que prevalecen entre estos visitantes. El parque se vende como una buena oportunidad de ver fauna en un entorno natural salvaje, pero muy cercano al centro de la ciudad. En Trip Advisor4 el parque ha recibido muchas opiniones positivas de turistas internacionales, como: “Aunque este no es uno de los famosos parques de safari de Kenia, si estás poco tiempo en Nairobi y quieres ver vida salvaje, el desplazamiento vale la pena. Vimos tres leones, un rinoceronte, muchos avestruces, varias cebras, jirafas, búfalos, elands y otros antílopes y quedamos muy satisfechos con nuestra mañana en este parque”.

Otro visitante del parque comentó: “Hacer un mini safari por el parque vale mucho la pena si no tienes el tiempo o los fondos para ir de safari en otros parques nacionales, como el Mara. No es seguro que veas los animales que quieres, pero asegura una experiencia inolvidable… Id muy temprano, sobre el alba, para ver los animales pastando/cazando en este momento del día. Vimos muchas jirafas, cebras, ñus y búfalos de agua, antílopes y gacelas, avestruces y monos, y tuvimos suerte de ver una familia de tres rinocerontes, ver fugazmente leones e incluso uno o dos hipopótamos. Disfruté mucho de este safari urbano, es maravilloso ver animales en terreno salvaje, estando en las afueras de una ciudad cosmopolita!”

Todas las opiniones de turistas que han visitado el parque nacional de Nairobi indican principalmente experiencias positivas y recomendaciones para otros potenciales visitantes del parque nacional. Para atraer turistas y “buscadores de ocio”, KWS recuerda a los lectores que el PNN es el único Parque de Fauna Salvaje del mundo que está tan cercano a una ciudad; que aún tiene rinocerontes negros, una especie prácticamente extinguida; y tiene un gran santuario de rinocerontes para alimentarlos y rehabilitarlos. Los anuncios y el trabajo de marketing son facilitados por tour-operadores que anuncian el parque nacional de Nairobi, como parte de un paquete turístico, pues es el único parque en el mundo que ofrece una experiencia urbana de safari en área salvaje. Algunos ejemplos de las imágenes de webs de estas compañías turísticas se muestran más abajo.

Usos consuntivos percibidos (ilegales) del PNN

Según Lefevbre, espacios “percibidos” o “espacios de representación” se derivan del uso real y del uso imaginado del espacio. Los espacios percibidos son los observados de habitantes y usuarios. Se forman a través de cómo se entienden mediante imágenes asociadas, visiones y símbolos de su uso diario. En otras palabras, son “espacios vividos pasivamente, que la imaginación busca cambiar y adecuar”. Tales espacios pueden ser públicos o privados, pueden sobreponerse a o desbaratar prácticas dominantes, o pueden formarse a través de ellas. Los espacios percibidos hacen un uso simbólico de los objetos y se sobreponen al espacio físico (Lefebvre 1991). Manifestaciones simbólicas de este espacio incluyen eslóganes, símbolos de protesta y murales. Para entender la formación del espacio representacional en un contexto concreto, el estudio de “la historia del pensamiento” es crucial, pues los espacios representacionales tienen su origen en el simbolismo histórico, en ocasiones codificado y en ocasiones relacionado con la clandestinidad o el lado alternativo de la vida social. En este caso, éstos comprenden los usos imaginados y observados del parque nacional de Nairobi por parte de la comunidad, tanto en la parte urbana y periurbana como en la rural, así como los usos percibidos por parte de los visitantes locales e internacionales.

Pastos/rebaños en el parque

Los espacios percibidos de Lefebvre se pueden ver a través de las imágenes, símbolos y visiones de los usos diarios del Parque Nacional de Nairobi y sus alrededores que hacen las comunidades pastoralistas. Los pastores que habitan la zona de Kitengela, en la periferia del sur del parque, preferirían utilizar el espacio del parque como tierras de pasto para su ganado. Que los pastores pasten en el área protegida es el principal uso percibido del parque. Durante el trabajo de campo para este estudio, varios pastoralistas que habitan al sur del parque nacional de Nairobi expresaron su interés en que sus animales pastaran dentro del parque, especialmente durante la estación seca. Algunos de los entrevistados señalaron que habían pastado dentro del parque en numerosas ocasiones en el pasado, especialmente en los 90. Añadían que era una tarea peligrosa, pues corrían el riesgo de ser arrestados y multados duramente por el KWS. Así pues, la mayoría de los pastores llevaban su ganado al parque por la noche, para evitar ser detenidos. Opinan que necesitan ser reconocidos e incluidos dentro del parque, principalmente en la estación seca, cuando la biomasa es más elevada.

La presencia de rebaños en el parque durante el día se llevaba a cabo con la ayuda clandestina de los rangers del parque, aunque fuera un acto ilegal. La comunidad daba leche y carne a los rangers (en ocasiones dinero) a cambio de que se les permitiera pastar en el parque5.

Uno de los pastoralistas entrevistados, un hombre de más de 60 años que vivía en su boma6, que se encuentra a unos 500 metros de la frontera sur del parque, dijo que tenía mucho interés en poder pastar dentro del parque, pues estaba muy cerca de su hogar. De hecho, añadía que aún llevaba su ganado al parque cada día y se mostró indiferente al hecho que esto era ilegal según la ley de fauna. Cuando se le preguntó sobre dónde pasta durante la estación seca contestó: “Donde paste depende de la disponibilidad del pasto. Normalmente uso los pastos en la tierra comunal y migro a otros lugares cuando hay sequía. Los sitios de pasto durante las sequías son normalmente Emali, Empuyiat y Portland, que están muy lejos. Desde luego estoy muy interesado en pastar dentro del PNN, pues está solo a 500 metros de mi boma. Pero esto no está permitido. De todas formas, pasto a diario dentro del PNN sobre todo en las riberas del río, donde está permitido.”

En un hogar pastoralista distinto, dentro de la misma zona, la respuesta fue similar y en el mismo tono. Según el cabeza de familia entrevistado, en este caso una mujer, la respuesta fue parecida: “Los lugares de pasto de nuestro ganado incluyen la tierra comunitaria de Kitengela, Emali y Samuli… Durante la estación seca, los lugares de pasto a los que vamos son Emali y Samuli y por supuesto el parque, aunque ilegalmente y por la noche. Tenemos mucho interés en pastar dentro del PNN, pues vivimos cerca del parque. Este se encuentra a 500 metros o menos de nuestra granja. Así que pastamos allá todo el tiempo, de día y especialmente de noche. Tememos las multas, pero no tenemos alternativa”.

Resulta interesante que incluso los agentes gubernamentales que son miembros de la comunidad maasai de la zona, hacen pastar su ganado dentro del parque. Entrevistas con uno de ellos revelaron: “Los principales lugares de pasto para mi ganado están en las tierras comunitarias. Los lugares de pasto durante la estación seca dependen de dónde esté el pasto. Me gustaría pastar dentro del parque. Así lo hago, aunque es ilegal, pero solo pasto de noche, durante las estaciones secas, porque no tengo otra opción. En el pasado el gobierno nos permitía pastar en el parque durante la estación seca”:

La candidez, admisión informal y la sinceridad de este oficial del gobierno concreto diciendo que lleva sus rebaños al parque fueron sorprendentes. Más chocante fue el hecho de que su puesto de trabajo consiste en mantener la ley y el orden en la comunidad. Como dijo: “Mi trabajo incluye mantener la ley y el orden en la comunidad. Trato con distintos problemas desde disputas familiares a disputas sobre los límites de las shambas [parcelas cultivadas], sobre ganado y entre granjeros y grupos de propietarios de ranchos, denunciar a cazadores furtivos, etc”.

Así que es contradictorio que un oficial del gobierno que se supone que mantiene la ley, cuando se trata de sus actividades personales como pastoralista, sigue el mismo guión que el resto de gente a la que debe arrestar y denunciar. Es una paradoja, pero comprensible de todos modos.

Recolección de leña y productos medicinales

La comunidad en el lado sur del parque es una comunidad rural, que principalmente depende de los métodos tradicionales para obtener energía. Así pues, las mujeres de la comunidad recogen leña a diario para sus necesidades domésticas, en las zonas fronterizas al sur del parque. De todas formas, por miedo a ser atacadas por animales salvajes, esta práctica se está convirtiendo en menos común dentro del parque. Asimismo, las mujeres más pobres de la comunidad no tienen otra opción que correr este riesgo y recoger leña para su uso doméstico, y para venderla a otros que la necesiten y tengan miedo de recogerla ellos mismos. La imagen mostrada más abajo muestra una mujer vista recogiendo leña, con su hija, una niña pequeña, en el parque cerca del puesto de los rangers y no muy lejos de la charca de los hipopótamos. Entre los hombres, el miedo a los animales es mucho menor, así que recolectan plantas medicinales pero no recogen leña porque es una tarea femenina. Los hombres que recolectan plantas medicinales son principalmente pastores, que normalmente llevan el ganado a la sabana.

Prácticas Espaciales o Usos Vividos del PNN

Las prácticas espaciales se refieren a los usos vividos o reales del espacio, ya sean concebidos o percibidos (Lefebvre 1991). En el caso del parque nacional de Nairobi, vemos una combinación de turismo, ocio y recreación por una parte y pasto de ganado por la otra. El pasto de ganado es un uso vivido o práctica espacial importante del PNN. De todas formas, dado que es ilegal, es arriesgado por la posibilidad de ser arrestado y multado por parte de rangers del KWS. Asimismo, a pesar de los riesgos de ser arrestado y multado duramente, muchos pastoralistas entrevistados constataron que pastaron dentro del parque durante la estación seca, pues no tenían otra opción. Un gran temor por parte del KWS es la infiltración de furtivos si el pastoralismo es permitido, así como la posibilidad de un aumento de casos y de costes compensatorios tanto para humanos como para ganado atacado por fauna salvaje. Los pastoralistas han sido avisados categóricamente por la gerencia del KWS de que no deben entrar en el parque con su ganado, pues los turistas no quieren verlos a ellos ni a su ganado, sólo quieren ver la fauna salvaje.

Otros estudios previos confirman el hecho que el parque es usado por pastoralistas para pasto durante la estación seca. Descubrimientos de un estudio de Hazzah, et al. (2003) establecieron al PNN como uno de los principales parques nacionales usados por comunidades pastoralistas durante la sequía. Según su estudio, el 85% de los que contestaron (n=631) intentaron llevar su ganado a un área protegida durante la sequía. De estos, el 49% fue al parque nacional de Nairobi, llegando desde tan lejos como Eselenkei, Olgulului y Mbirikani. Así pues, la práctica espacial de los pastores de la Comunidad Pastoralista es viajar desde algunas de las secciones más al sur de las tierras de Comunidades Pastoralistas en Kenia e ir al PNN, aunque ilegalmente, durante la estación seca. A pesar de la evidente importancia de que el ganado paste durante la sequía, la actividad aún se considera ilegal. Algunos estudiosos han sugerido que tales políticas medioambientales de los conservacionistas y el gobierno en nombre del turismo y la protección de la fauna salvaje equivalen a la inhumanidad (Hazzah, et al. 2003)

Retos que afrontan la protección y la administración del PNN

Durante los últimos 20 años el PNN ha experimentado innumerables retos relacionados con las presiones de la urbanización generalizada. En las partes urbana y periurbana del parque, las amenazas incluyen: (1) contaminación proveniente de áreas residenciales cercanas y de industrias en las partes urbana y periurbana; (2) contaminación de los puntos de agua del parque desde hogares periurbanos, industrias y granjas de flores; (3) desarrollo de infraestructuras de carreteras y ferrocarriles, propuestos y en funcionamiento y (4) desarrollo de viviendas ilegales (usurpaciones) por parte de hogares de clase media-alta y de suburbios/asentamientos informales, en las zonas limítrofes del parque (Kenya Wildlife Service 2005).

Por lo que respecta a la viabilidad y al futuro del parque, el reto más inminente proviene de la parte rural (en el sur), donde el parque no está vallado. Dado que el parque es demasiado pequeño para sostener a los animales salvajes de su interior (ocupa 117 km2), los animales del parque dependen de las tierras de pasto en la tierra comunitaria. Así pues, la viabilidad de los animales del parque depende de las áreas de dispersión en el sur, fuera del área protegida, donde la tierra pertenece a la comunidad maasai (ver figura 2). Sin embargo, las tierras abiertas de pasto comunitarias que la comunidad comparte con la fauna salvaje están cada vez más amenazadas por procesos de urbanización debidos a la proximidad de la ciudad de Nairobi en crecimiento. El condado de Kajiado es parte de la propuesta área Metropolitana de Nairobi, un proyecto de crecimiento económico con una visión de Kenia en 2030, que prevé la expansión de la urbanización de las periferias de Nairobi (Gobierno de Kenia, 2008)7.

Con anterioridad a los planes metropolitanos, la conversión de pastizales en zonas de asentamiento se estaba produciendo a un ritmo nunca visto antes, dado que los residentes urbanos compran tierra en los pastizales, llevando a la subdivisión y a la conversión de usos de la tierra a usos no-pastorales. De esta manera, una de las mayores amenazas que afronta la viabilidad del PNN es que las tierras comunitarias que actúan como áreas de dispersión para la fauna salvaje han sido cada vez más subdivididas, vendidas y valladas, llevando al bloqueo de los corredores migratorios de fauna salvaje (Reid, et al. 2008), que son los caminos o rutas que los animales usan cuando migran desde las zonas del norte del ecosistema Athi-Kapiti a la parte del sur en el Serengeti.

Figura 7: Mapa del Ecosistema Athi-Kapiti mostrando los tres triángulos, la ruta migratoria de ñús y cebras, y las áreas de las estaciones húmeda y seca.

Fuente 6: Radeny, Nkedianye and Kristjanson, 2007
Figura 8: corredores migratorios (rutas de la fauna salvaje bloqueadas y amenazadas)

Fuente 7: United Nations Environment Programme, 2013

Debido a la proximidad de la ciudad, la tierra en el área de dispersión de Kitengela es muy atractiva para aquellos que quieren construirse hogares suburbanos o vivir en zonas suburbanas. El valor de las tierras al sur del parque es en consecuencia alto, convirtiendo la venta de terrenos rurales para desarrollo suburbano en atractiva para los propietarios de tierra maasai. A medida que la ciudad se expande hacia el exterior, el área ha sido cada vez más urbanizada. La subdivisión y el vallado de las parcelas de tierra en lo que fueron campos de hierba ha bloqueado rutas a los animales migratorios como el ñu, que migra en dirección sur hacia el Serengeti cada año.

Figura 9: Una de las muchas vallas en las llanuras de Kitengela bloqueando corredores de fauna salvaje

Fuente 8: Foto cortesía de John Solonka, The Wildlife Foundation - Kenia

Dado que estas llanuras han sido utilizadas durante siglos tanto por el ganado maasai como por la fauna salvaje, con mínima influencia de la modernidad y/o la urbanización, estas tendencias están afectando negativamente al ecosistema Athi-Kapiti en su conjunto, hecho que tiene un efecto en los hábitats de los animales y en las rutas migratorias. La subdivisión, venta y vallado de áreas de dispersión continúa en progresión debido a la presión de la creciente urbanización, que hace que la tierra de la zona tenga un valor elevado, tentando a los propietarios pastoralistas maasai a vender su tierra. Esto ha empeorado debido a las deficientes políticas y planificación de la conservación y gestión de la fauna salvaje y de sus hábitats fuera de las zonas protegidas, junto con una falta de un plan de usos de la tierra para la zona. Tal como está ahora, el futuro parece triste para los hábitats de fauna salvaje de los que el PNN es dependiente para su viabilidad.

Existe la grave preocupación de medioambientalistas y conservacionistas de que si nada se hace pronto para prevenir el vallado de parcelas de tierra, todos los corredores migratorios serán bloqueados y los animales ya no podrán moverse y migrar libremente por las zonas de pasto. Esto significa que en los próximos 15 años, el PNN será tan solo un zoo8.

Aparte de esto, la apertura del parque en el sur hacia la tierra comunitaria rural tiene como resultado numerosos conflictos de la fauna salvaje con humanos, que están aumentando debido a los crecientes asentamientos en la zona (Reid, et al. 2008) (H.W. Gichochi 2003) (2000). Se identifican dos principales tipos de conflictos de humanos con fauna salvaje. Son los siguientes: (1) conflictos con predadores y (2) conflictos por los recursos. Los conflictos con predadores ocurren cuando los carnívoros (leones, leopardos y hienas) del parque atacan al ganado, y ocasionalmente a personas, y entonces la comunidad reacciona protegiéndose, hiriendo y matando a los predadores. Dado que el parque está abierto en el sur, naturalmente, los animales no se mantienen en el parque simplemente porque sea un parque. Este es el caso particularmente durante y después de la estación de lluvias, cuando la mayoría de los herbívoros abandonan el parque para consumir hierba corta y fresca en tierras comunitarias de las llanuras Athi-Kapiti, donde también crían y paren (Owaga 1975); (Gichochi 2000). Consecuentemente, los leones y guepardos persiguen a los herbívoros fuera del parque, resultando en una depredación del ganado comunitario, que es más dócil que los animales del parque.

Los conflictos de humanos con fauna salvaje relacionados con depredadores siguen amenazando la viabilidad de la conservación de los leones del parque, que son la mayor atracción turística y también la especie en mayor peligro del parque. Debido al aumento de asentamientos humanos, el conflicto de humanos con fauna salvaje ha aumentado en el área de dispersión de Kitengela (Matiko 2014). Esto ha llevado a una reducción de la fauna, particularmente de carnívoros como leones, guepardos y leopardos, que mueren en ataques de venganza de las comunidades. Aparte de esto, ha aumentado el número de casos de caza furtiva para carne de animales silvestres por parte de nuevas comunidades que ahora se están asentando en la zona (United Nations Environment Programme 2013).

Los conflictos por recursos ocurren cuando la tierra que poseen pastoralistas en el sur del parque comparte su pasto y recursos de agua con la fauna salvaje del parque, especialmente durante y después de las estaciones de lluvia. En la estación seca, cuando no hay hierba en la comunidad, la fauna salvaje vuelve al parque después haber usado los pastos de la comunidad, dejando al ganado de los pastoralistas sin pastos. Por otro lado, los pastoralistas no pueden acceder al parque durante la estación seca, y sus animales mueren de inanición. Los conflictos por recursos incluyen también la destrucción de cultivos. Algunos agro-pastoralistas y granjeros que plantan cultivos, ocasionalmente sufren la destrucción de cosechas por parte de herbívoros, que se comen sus alimentos (Imbahale, et al. 2008) (Gichochi 2000)

A parte de los conflictos con predadores, también existe propagación de enfermedades de la fauna salvaje al ganado de las llanuras. Algunos herbívoros migratorios, particularmente el ñu, tienen un circuito de viaje natural anual a través de las llanuras Athi-Kapiti a Amboseli-Maasai Mara (sur de Kenia) y Serengeti (norte de Tanzania), que significa que dejan el parque en años alternos, pasando por la tierra comunitaria donde también paren. Naturalmente, cuando los ñus paren, los fluidos corporales que expulsan son muy perjudiciales para la hierba. Cuando el ganado ingiere esta hierba en la que se ha parido, contraen una enfermedad mortal conocida como la Fiebre Maligna Costera (MCF) a través de los fluidos corporales de los ñus. Esta enfermedad es mortal e incurable. Mata al animal infectado en un periodo de tiempo muy corto (Reid, et al. 2008), (Gichochi 2000; Imbahale, et al. 2008).

De acuerdo con el trabajo de campo llevado a cabo para este estudio, el vallado de tierras no está causado solamente por la subdivisión y venta de tierras sino también por conflictos de humanos con fauna salvaje. De hecho, el estudio encontró que hay una tendencia emergente entre los pastoralistas propietarios de tierras en Kitengela a vallar para almacenar stocks de hierba para ser usados en la estación seca. Debido a la alta competencia por la comida, tierra y recursos de agua, entre la fauna salvaje del parque, el ganado de otra gente, y la presión por el uso de tierras debida a la creciente urbanización en las ya divididas tierras, es comprensible que los propietarios Maasai que vivían comunalmente compartiendo prados prefirian ahora vallar sus tierras, aunque no planeen venderlas o subdividirlas.

El segundo motivo que existe para vallar es prevenir la propagación de enfermedades de la fauna salvaje al ganado, particularmente la Fiebre Maligna Costera (MCF), que se transmite de los ñus al ganado. Cuando el ganado que no está vacunado ingiere hierba de una sección fresca usada para parir, contraen la mortal enfermedad de Fiebre Maligna Costera (MCF) a través de los fluidos corporales de los ñus. Algunos de los propietarios de tierras entrevistados dijeron que sus animales habían muerto a causa de la MCF y por tanto decidieron vallar su tierra.

Interventiones de conservación para mejorar la viabilidad y el futuro de un ecosistema abierto en el PNN

En un intento para detener la subdivisión, venta y vallado de tierras que funcionan como hábitats de fauna salvaje fuera de las zonas protegidas, así como el conflicto entre humanos y la fauna salvaje, numerosas ONGs de conservación financiadas por donantes han estado implementando diversas intervenciones de conservación de la fauna en los hábitats fuera del parque. Algunas de sus estrategias incluyen campañas para forzar al gobierno a proteger legalmente las áreas de dispersión como áreas de conservación; el programa de arrendamiento para la conservación de la fauna salvaje financiado por el Banco Mundial, que implica pagar dinero a propietarios de tierras maasai para mantener su tierra abierta al libre movimiento de la fauna salvaje; el programa “luces de león” que implica instalar bombillas alimentadas con energía solar alrededor de las bomas de ganado de los pastores maasai para prevenir los ataques de leones a su ganado, hecho que principalmente sucede de noche; el programa de consuelo de ganado, que incluye compensaciones por pérdidas de ganado a familias cuyos animales hayan sido atacados por leones; el plan maestro de usos de la tierra de Kitengela financiado por donantes, que especifica distintas zonas y separa el uso de tierra para pastoralismo y fauna salvaje para prevenir una futura subdivisión y venta de las áreas de dispersión de fauna salvaje; y la Conservancy comunitaria que incluye combinar varias porciones de tierra comunitaria en una gran porción y eliminar asentamientos humanos de ese área, con el propósito de conservar de la fauna salvaje y desarrollar el turismo. Este estudio evalúa en detalle una de las intervenciones, el programa de arrendamiento de tierra, que ha tenido la oportunidad de madurar, habiendo sido la primera gran intervención para la conservación que se implementó en el caso del parque nacional de Nairobi y su ecosistema.

Programa de Arrendamiento para la Conservación de la Fauna Salvaje (WCL)

El WCL es un programa de servicios de Pago por Ecosistema (PES en inglés) que funciona bajo el pago de beneficios por arrendamiento de tierra para prevenir que las tierras se subdividan, vallen y/o vendan. El programa de arrendamiento que funcionó en el periodo 2002-2012 fue implementado en dos fases. La primera fase del programa PES (el piloto) funcionó en 2002-2008 y fue financiado por el Banco Mundial y la “GEF Facility” e implementada por los Amigos del Parque Nacional de Nairobi (FoNNaP), una organización de la sociedad civil registrada. Los propietarios de tierra reciben 4 dólares americanos (USD) por acre por año. En función de la cantidad de tierra que poseen, los propietarios participantes, de media, recibieron 400-800USD por año por el arrendamiento de su tierra con fines de conservación de la fauna salvaje (Matiko 2014). En un principio, el programa de arrendamiento de tierra se encontró con la resistencia y la baja implicación de los propietarios Maasai, que tenían sospechas sobre las ONGs conservacionistas y el gobierno, creyendo que era un plan para robarles su tierra para la conservación de la fauna salvaje. La segunda fase funcionó en el periodo 2009-2014 y fue hecha por The Wildlife Foundation (TWF)- Kenya, una ONG local que es una subsidiaria de The Wildlife Foundation-USA. Además del Banco Mundial-GEF que fue el principal donante, varias ONGs y el KWS contribuyeron fondos al programa de arrendamiento en la segunda fase. Durante esta segunda fase, los miembros de la comunidad se mostraron más abiertos y se involucraron más en comparación con la primera fase (Osano 2013; Nkedianye 2004; Matiko 2014; H. W. Gichohi 2003).

Tabla 1: Financiación para el Programa de Arrendamiento para Conservación de la Fauna Salvaje (WCL) en 2007-2012

Tabla 1: Financiación para el Programa de Arrendamiento para Conservación de la Fauna Salvaje (WCL) en 2007-2012

Objetivos del Programa de arrendamiento para la conservación de la fauna salvaje

Los principales objetivos del programa de arrendamiento eran asegurar la viabilidad a largo plazo del Parque Nacional de Nairobi manteniendo las áreas de dispersión estacionales y los corredores migratorios en las tierras privadas adyacentes, y mostrar el uso de los arrendamientos para la conservación de fauna salvaje como una herramienta de conservación fuera de las zonas protegidas. El objetivo principal era mantener las áreas de dispersión y corredores migratorios abiertos para asegurar la viabilidad del ecosistema del parque nacional y su biodiversidad. Los objetivos secundarios del programa eran: (1) Incrementar la tierra de conservación a través del arrendamiento (WCL); (2) El refuerzo institucional y la diseminación de información; (3) Mejorar la sostenibilidad a largo plazo.

Tabla 2: Resumen de Objetivos del Programa WCL

Fuente 10: Osano, 2013.

Los pagos hechos por el programa WCL debían ayudar a conseguir los objetivos mencionados, dando incentivos a familias de comunidades pastoralistas locales para establecer una relación beneficiosa mutuamente entre su tierra, su ganado y la fauna salvaje local (Osano 2013). La idea es estimular y ayudar a los propietarios de tierras pastorales a: (1) mantener la propiedad de su tierra; dejar la tierra abierta, no-cultivada y no-subdividida; (2) pasto sostenible del ganado; (3) compartir tanto el pasto como el agua entre el ganado y la fauna salvaje; (4) permitir el libre movimiento de ganado y fauna salvaje y dar apoyo a la educación secundaria y universitaria de sus hijos/as (Osano 2013; entrevistas con TWF, 2014)9. Según el WCF, el programa ha sido satisfactorio y ha empoderado a las mujeres, pues son las únicas que reciben y controlan el ingreso por arrendamiento en nombre de la familia, y muchas de ellas estaban ansiosas por unirse, no sólo por los ingresos sino también por la oportunidad de continuar con los métodos tradicionales de criar el ganado y compartir la tierra con la fauna salvaje. La siguiente sección trata en mayor detalle los logros del programa.

Logros del programa WCL10

En la web de TWF se informa que el programa WCL ha incrementado el área protegida del Parque Nacional de Nairobi en un 200%. Además, añaden que el programa que empezó en el 2000 con sólo dos familias de Comunidades Pastoralistas y con un total de 214 acres de pradera se ha incrementado para incluir 55.000 acres como tierra para conservación. En su web, TWF dice que “el Programa de Arrendamiento para Conservación beneficia directamente a 3096 personas en 385 familias de Comunidades Pastoralistas. El programa también beneficia a 4000 personas de Comunidades Pastoralistas adicionales”. Las observaciones coinciden con un estudio realizado por un estudiante de doctorado que evaluó el programa de arrendamiento (Osano 2013) e informa que los objetivos del programa se cumplieron.

Tabla 3 Resumen de Logros del proyecto WCL

Fuente 11: Osano, 2013; p 5-6.

Algunos logros claves citados en el informe de evaluación del proyecto de Osano (2013), un estudiante de doctorado que evaluó el programa en nombre de TWF, son: (1) inscripción de aproximadamente 61.067 acres de tierras de Comunidades Pastoralistas en los arrendamientos para la conservación de la fauna salvaje en 2012, comparado con los tan solo 10.000 acres en 2008 cuando el programa arrancó; (2) incremento del número de propietarios de casas participantes y beneficiarios, de 148 en 2008 a 417 en 2012; (3) incremento del número de leones en el área de Kitengela, de 18 ejemplares en 2008 a 35 en 2012 e (4) inicio de un proceso de planificación maestra del uso de la tierra para la zona con un plan maestro final de uso de la tierra (LUMP) publicado oficialmente por el Ministerio de Tierras y Asentamientos, adoptado e implementado por el condado de Kajiado, como el marco fundamental de trabajo para las áreas que rodean la zona protegida por el sur.

A nivel de sostenibilidad, el informe indica que TWF consiguió aumentar el número y fiabilidad de la financiación para el WCL después de desarrollar y mantener una estrategia profesional de recaudación de fondos, y que obtuvo fondos adicionales para arrendamiento de fauna salvaje, más allá de los iniciales del Global Enviromental Facility (GEF) del Banco Mundial. El informe menciona otros efectos positivos en la seguridad económica y la calidad de vida de residentes locales propietarios de tierras. Estos incluyen: (1) provisión de ingresos en dinero y reducción de la pobreza para los propietarios de hogares participantes en el programa de arrendamiento; (2) creación de capital humano a través de inversiones en educación; (3) reducción de la vulnerabilidad pastoral por sequía; y (4) empoderamiento de género. Otros logros mencionados por el informe incluyen la provisión de una fuente de ingresos adicional por parte de los propietarios participantes que cumplen unos requisitos económicos adicionales para un sustento vital básico, en lugar de vender la tierra.

Interesados (Propietarios Pastoralistas) Visiones y opiniones sobre el programa de arrendamiento WCL13

La investigación para este estudio buscaba establecer las percepciones de las comunidades y los hogares que se habían apuntado al programa WCL, para evaluar los logros del WCL según los supuestos beneficiarios. Aunque es cierto que el programa WCL consiguió algunos de los objetivos que se fijó, por ejemplo incrementar la zona de tierra disponible (ver Tabla 4), diversas deficiencias del programa de arrendamiento fueron remarcadas por los propietarios participantes durante la investigación. Esta sección presenta algunos extractos de las entrevistas transcritas, obtenidas empíricamente. Uno de los primeros entrevistados era un pastor anciano que vivía a 500 metros de la frontera sur del parque. Posee 400 acres de tierra, que ha incluido en el programa WCL. Cuando se le preguntó si había recibido algún beneficio de la conservación de fauna salvaje, reconoció el potencial beneficio del programa de arrendamiento, por lo que contestó: “El programa de arrendamiento a través de TWF y KWS me ha permitido recibir algunas donaciones. Soy el beneficiario número 12 del programa de arrendamiento, que paga 300 chelines (3 euros) por acre por año. El dinero se me paga en enero, abril y septiembre, cuando las escuelas abren. Este dinero me ayuda a pagar las tasas escolares de mis hijos. A través del programa de arrendamiento, he ido recibiendo 41.000 chelines (410 euros) por periodo escolar por los 400 acres. Por cada ½ de la superficie en acres, se me pagan 21.000 chelines  (210 euros) por periodo.”

En el lado negativo, sin embargo, su opinión era que los fondos estaban por debajo del valor de mercado y que el programa no era sostenible, teniendo en cuenta que la ONG dejó de pagarles en 2012. Así pues, dijo: “El dinero que se paga bajo el programa de arrendamiento está por debajo del valor de mercado de nuestras tierras… Es un valor de mercado de los 80… y los patrocinadores del programa de arrendamiento se quedaron sin dinero. La última vez que nos pagaron por el programa de arrendamiento fue en 2012.”

Algunas de las mujeres también fueron beneficiarias del programa de arrendamiento. Un ejemplo era Mama Tina, que vive en la tierra familiar, que comprende 13.750 acres en total y que se apuntó al programa de arrendamiento. Según ella, la familia mantiene el ganado por motivos culturales y de supervivencia. Añadió: “Fui una beneficiaria del programa de arrendamiento… como no tengo hijos en edad escolar, el dinero se usó para los hijos de mis parientes que van a la universidad.”

Otra entrevistada fue la Sra. Nkamalo Ntalalai, viuda, con tres niños y con dos pastores como empleados. Dijo que su nivel de educación es de nivel estándar 5 (semi-analfabeta). Se dedica a mantener el ganado y posee 70 bueyes y 12 ovejas. Del ganado obtiene aproximadamente de 20.000 a 25.000 chelines  (200-250 euros) mensuales por venta de leche, 360.000 chelines anuales, y abono animal valorado en 8.000 chelines dos veces al año. La entrevistada dijo que posee 25 acres de tierra que apuntó al programa de arrendamiento de fauna salvaje. Cuando se le preguntó qué beneficios obtenía de la fauna salvaje en la zona, contestó: “No tengo beneficios de la fauna salvaje… la fauna salvaje se come la comida destinada a nuestro ganado, incluso cuando reducimos nuestro ganado aún hemos tenido problemas.”

Añadió que vende 12 terneros cada año a 30.000 kshs cada uno para controlar su rebaño, siguiendo así el consejo de reducir el ganado, para reducir el pastado, como se les indicó desde el IRLI, otros expertos en ganado y el KWS. Oficiales de base del gobierno de la zona (también indígenas de la localidad como se requiere por la ley del condado) tenían esto que decir sobre el programa de arrendamiento. “Como pastoralista de la zona, he sido un beneficiario del Programa de Conservación de la Fauna Salvaje (WCL), programa que el TWF ha ido organizando. El programa WCL es importante porque ayuda a reducir el conflicto de humanos con la fauna salvaje. De todas formas, el dinero que pagan es muy poco e insostenible. Los fondos de las ONGs se terminaron y dejaron de pagar”

Uno de los oficiales de TWF entrevistados decía lo siguiente, en relación a la cantidad pagada por el programa de arrendamiento a los pastoralistas: “El programa de arrendamiento incluye pagar por la tierra que los propietarios han acordado dejar… abierta, para el libre movimiento de fauna salvaje en lugar de vender. Aquí, pagamos 4 dólares por acre por mes. El programa de arrendamiento es bueno pero no sostenible. Depende de la financiación de donantes…4 dólares está muy por debajo del valor de mercado… pero a pesar de estar por debajo del valor de mercado, el dinero resulta útil para los propietarios de tierras. El dinero se paga habitualmente a propietarios de tierra durante el inicio del año escolar. Esto resulta útil pues se usa para pagar las tasas escolares de sus hijos que van a la escuela. Esto previene que los propietarios vendan sus tierras para conseguir dinero para tasas escolares.”

La mayoría de la gente entrevistada reconoció la pequeña contribución de los pagos de dinero por su tierra bajo el programa WCL, en el momento en que los fondos estaban aún disponibles14 decían, “imetusaidia kidogo”, que en suahili significa “nos ha ayudado un poco”.

El único beneficio resaltado por casi todos los propietarios participantes entrevistados era que el dinero contribuía a los gastos de tasas escolares de sus hijos. Además, todos los entrevistados dijeron que el dinero recibido bajo el programa de arrendamiento de tierras era poco y muy por debajo del valor de mercado de su tierra. También comentaron la falta de sostenibilidad del programa, haciendo ver que el último pago que recibieron fue en 2012.

Efectos del cese de Pagos por el Arrendamiento para la Conservación de Fauna Salvaje

El trabajo de campo realizado para esta investigación en 2014 sugiere que desde que los pagos acabaron en 2012, algunos de los propietarios participantes en el programa de arrendamiento estaban ahora menos motivados a dejar sus tierras abiertas y recientemente han empezado a vallarlas de nuevo. En segundo lugar, los miembros de la comunidad han empezado a matar leones e incluso a enterrarlos clandestinamente. Esto se debe a que siguen incurriendo en costes y pérdidas debido a la numerosa fauna salvaje en sus tierras, a que no reciben beneficios, compensaciones o ni siquiera compasión por parte del KWS y/o las ONG y compañías de tours de safari que están ganando mucho con turismo de fauna salvaje a su coste. En segundo lugar, están sacrificando otras fuentes de ingresos más viables para sí mismos en una zona en proceso de urbanización rápida y en un contexto de elevada presión para el uso de tierra y de creciente escasez de recursos. Algunos de los casos se presentan aquí, para dar una idea de lo que está pasando una vez los pagos se han detenido.

Vallado de granjas por Pastoralistas reduciendo así las zonas de pasto de fauna salvaje

Una entrevista en profundidad con un miembro de una propiedad que había vallado los 250 acres de su tierra recientemente a mediados de 2014 reveló los motivos por los que habían decidido vallar. Este propietario particular está ubicado un poco lejos del parque, pero en una zona con abundantes herbívoros y en un corredor migratorio esencial. Además de ser pastor, el cabeza de familia de esta propiedad es un profesor de escuela titulado. Como este propietario estaba ausente, trabajando, durante la entrevista, ésta fue realizada a su mujer, conocida como Mama Pato, que era la persona presente durante el trabajo de campo para esta investigación. Durante la interesante y agradable conversación, reveló varios motivos que llevaban a su marido a vallar sus tierras frente a los animales salvajes, siendo más profundos que tan sólo el cese de los pagos por arrendamiento.

Motivos dados para vallar

Para almacenar stocks de hierba

La primera razón dada era la necesidad de vallar para poder acumular stocks de pasto, especialmente para ser usados en la estación seca. Cultivar y almacenar stocks de hierba es una nueva estrategia que las comunidades pastoralistas parecen estar adoptando. Esto se entiende principalmente debido a la alta competencia por alimentos, tierra y recursos de agua entre la fauna salvaje del parque, el ganado individual y comunitario y la presión para el uso de la tierra por la creciente urbanización de las ya subdivididas tierras. Así pues, este propietario en particular estaba vallando su tierra para almacenar hierba para el uso de su propio ganado, sobre todo durante la estación seca.

Para evitar que el ganado se contagie de la Fiebre Costera Maligna (MCF) a través la Fauna Salvaje

Como se ha explicado antes, este propietario estaba ubicado en una zona con abundantes herbívoros y en un corredor migratorio esencial para los ñus. Así, también es la zona donde la fauna salvaje del parque viene a criar durante la estación de lluvias. Naturalmente, cuando los ñus crían, los fluidos corporales que segregan son altamente letales. Cuando algún ganado come pasto de una sección aún fresca que se ha usado para criar, contraen la mortal enfermedad de la Fiebre Costera Maligna (MCF) a través de los fluidos corporales de los ñus. La enfermedad es mortal e incurable. Mata al animal en un periodo de tiempo muy corto. La entrevistada dijo que dos de sus vacas habían muerto recientemente por MCF. Así pues, su marido decidió vallar también para prevenir que sus animales sufrieran MCF. Según esta señora, sus animales no estaban vacunados contra la MCF porque era muy caro vacunar. Así que parece claro que muchos propietarios prefieren vallar sus tierras y separar los animales, especialmente si no han sido vacunados contra la MCF.

Para prevenir pérdidas de ganado a causa de los carnívoros (leones/hienas y algunos leopardos)

Al mencionársele la fecha exacta del incidente, la entrevistada contó que recientemente habían perdido algunas ovejas y cabras a causa de una hiena. Añadió que supuso una gran pérdida para ellos y que el KWS no les compensó ni se solidarizó con ellos. Para añadir un insulto a esta pérdida, cuando notificaron al KWS que la hiena les había atacado, se les dijo que fueran a cazarla. Por como narraba su experiencia estaba claramente indignada por la actitud y la declaración del KWS. En su opinión, el KWS fue muy insensible ante la situación de la comunidad. Para demostrar su argumento, dijo: “kama ingekuwa ni simba ndio iliuwa, hao watu wa KWS wangekimbia hapa haraka sana na hizo magari zao, kuchukua hiyo simba, lakini sababu ni fisi, hawajali fisi, hata wantuambia ati tuende tutafute hiyo fisi iliuwa wanyama wetu  na tuiuwe. Wewe unaeza imagine”

La traducción es: “Si hubiésemos informado que fue un león el que había atacado a nuestro ganado, los agentes del KWS hubiesen acudido inmediatamente a la zona con su equipo de rescate para salvar al león, pero como era una hiena no se preocuparon, nos dijeron que la fuéramos a buscar y que la matáramos. ¡Así que imagínate!”

Continuó expresando más opiniones diciendo que para el KWS, el león es obviamente más importante que cualquier otra cosa, incluyendo vidas humanas y sustentos, especialmente para las Comunidades Pastoralistas que dependen del ganado. Por su tono durante la conversación, la arrogancia del KWS sobre su situación en este último incidente parece que ha provocado que su marido actuara. Claramente indignado, decidió vallar su tierra.

Para su propiedad y para otras de la zona en situaciones similares, las pérdidas generadas por la competencia por los recursos con la fauna salvaje, los carnívoros depredadores y la mala actitud del KWS hacían que no valiera la pena dejar las tierras sin vallar. La situación ha empeorado por la falta de incentivos monetarios para mantener sus tierras abiertas. Estos y otros motivos remarcados en otras partes del informe están provocando que los propietarios de comunidades pastoralistas vallen sus tierras.

Incidentes continuados de muertes de leones

El otro efecto de la falta de financiación para pagos del programa de arrendamiento ha sido la matanza de leones y más recientemente en 2014, el matarlos y enterrarlos secretamente. Uno de los incidentes más grandes de caza de leones en venganza por ataques fue el 20 de junio de 2010 cuando 6 leones fueron asesinados por la comunidad al borde del parque en Kitengela. Esto sucedió después que una manada de leones entrara en un cobertizo de ganado a las 11 de la noche y atacaran a 13 ovejas y cabras. Los propietarios y la comunidad llamaron al KWS para informarles del ataque a la hora mencionada. Cuanto más esperaba la comunidad a que el KWS viniera y tranquilizara a los leones y se los llevaran, más nerviosos se ponían. A las 2 de la mañana el KWS aún no había llegado para llevarse a los leones. En ese momento, los miembros de la comunidad se enfurecieron más y reaccionaron matando a los leones (Entrevistas con John Solonka, Oficial de Operaciones de Campo, TWF).

Los leones fueron matados delante de tres guardas armados de los Servicios de Fauna Salvaje de Kenia, que habían llegado anteriormente al lugar, sin dardos tranquilizantes, así que no habían podido hacer nada para reubicar a los leones. Los tres guardas habían intentado sin éxito convencer a la comunidad que no mataran a los leones. Aun teniendo armas, los tres guardas del KWS fueron amenazados por la comunidad, que rechazaba negociar con los guardas sobre si matar a los leones y les dijeron que se mantuvieran al margen. Los ancianos del pueblo también intentaron sin éxito negociar con los jóvenes moran (guerreros).

Según algunos miembros de la comunidad entrevistados, estaban soportando muchas pérdidas de ganado y el KWS no se molestó en compensarlos o solidarizarse con ellos por las pérdidas de ganado derivadas de animales perdidos del parque. En ocasiones, ni siquiera se molestan en ir al lugar para confirmar el ganado mutilado. En segundo lugar, cuando su ganado es matado, el dinero recibido como compensación por el programa de tasas de consolación dirigido por el TWF está muy por debajo del valor de mercado de sus animales, por eso se apoda “tasa de consolación”. Según ellos, se les estaba pagando tan sólo 2.500 chelines (25 euros) por oveja o cabra, de un valor de 8.000 chelines (80 euros), y sólo 15.000 chelines (150 euros) por una vaca de una valor de 50.000-80.000 chelines (500-800 euros). Además, en ocasiones no eran compensados porque el KWS no estaba autorizado a compensar las pérdidas. Así, su mayor problema era la falta de sensibilidad del KWS, lo que explica la ira y ganas de matar a los leones como represalia. Según la comunidad, al KWS no le importa su sustento y bienestar (de la comunidad), pero sí se preocupan por los leones.

Según informaciones del Star Newspaper, los jóvenes que lancearon los leones operan un grupo de vigilancia comunitaria conocido como la “Operación LindaNg’ombe”, traducido como “Proyecto Ganado”. Mataron a los leones después de que la comunidad llamara al KWS y esperara en vano durante casi cinco horas hasta que el KWS llegó. No obstante, el KWS dio una versión diferente de lo que sucedió, según la nota de prensa publicada en su web, justo después del incidente.

Según el KWS, la comunidad había sido incitada a matar a los leones por políticos con intereses egoístas. Un comentario del Guarda/Ranger Sénior del Parque Nacional de Nairobi después del incidente mostraba su opinión, indicando la posición del KWS sobre el hecho. “Esto supone una impunidad del más alto grado perpetrado por líderes avariciosos de la comunidad local. Lo que estamos viendo es política barata porque cómo puede la misma gente que son los principales beneficiarios de la preservación de la vida salvaje estar matando cachorros de león. No tienen corazón, son avariciosos y atrasados. No estoy avergonzado de decir que son líderes sin cabeza, que no ven más allá de sus narices” (Comentario en The Star Newspaper Report el 21 de junio de 2012).

En relación a los importes de la compensación por pérdida de ganado que las ONGs dieron a la comunidad, el guarda senior añadió: “Está mal que ancianos y otros líderes Maasai usen la demora en la promulgación de la Ley como una excusa para matar animales. Al final del día, son los que más se benefician del fondo de compensación que viene de los amigos de la conservación de fauna salvaje en la diáspora.”

Así pues, la postura del KWS era que la matanza de leones tenía motivaciones políticas. Es interesante que el KWS dijera que la comunidad se beneficia del fondo de compensación aunque el WMCA por entonces no había dado una provisión al KWS para contribuir a la compensación por pérdidas de ganado. La compensación había sido llevada a cabo por ONGs conservacionistas. Únicamente con el nuevo WMCA de 2014 el KWS puede ahora empezar a compensar a víctimas por pérdidas de ganado.

Matar leones y enterrarlos en secreto

Tan recientemente como en diciembre de 2014, se supo que las Comunidades Pastoralistas han estado matando leones en secreto y enterrándolos para evitar ser arrestados. Un informe publicado en el facebook de “Kenyans for wildlife” el 24 de diciembre de 2014, por parte de interesados en la conservación de la fauna salvaje, apeló a los autores del crimen a detenerse y a estar abiertos al diálogo sobre cómo manejar mejor la situación de conflicto entre humanos y fauna salvaje.

 

Cuadro 2 Anuncio público en Kenyans for Wildlife Facebook Forum sobre muertes de leones en Kitengela, con fecha 24 de Diciembre 2014

Michael Mbithi‎15 a Kenyans For Wildlife

Apelamos a los miembros de la comunidad Munjiriri y Sholinke en la zona de Kitengela a dejar de matar leones y enterrar sus cadáveres.

Todos nosotros podemos, juntos, mitigar cualquier conflicto que tengamos, como kenianos responsables. Estos leones son nuestro legado y no pertenecen al gobierno sino a nosotros.

Todo el ganado atacado será compensado y los comités de conservación y compensación de fauna salvaje del condado han sido constituidos.

No hay secreto en el expolio de vuestro legado. Este conflicto puede ser mitigado si nos sentamos todos juntos y nos ponemos a ello. Además, podemos solucionar otros problemas comunitarios si trabajamos juntos.

Hermanos, os lo pedimos humildemente.

Michael Mbithi

Con  John Solonka, Nickson Parmisa, Moses Parmisa, Omondi Omondi, Trish Heather-Hayes, Jack Marubu, Joseph Tuleto, Irinah P. K. Wandera, David Mascall, David Matiko, Itela Okobo

Fuente 12: Kenyans for Wildlife Forum, Facebook

El enterrado de leones después de matarlos secretamente es una nueva estrategia que las comunidades pastoralistas en la zona de Kitengela están usando para hacer frente al conflicto de humanos con fauna salvaje. Llegará el momento en que matarán a los leones y los enterrarán en secreto y no quedarán más leones en el parque y el KWS se preguntará a dónde han ido los leones. Según entrevistas con el director de operaciones de campo en TWF, los leones se entierran en secreto porque la comunidad no quiere que el KWS se entere. Es ilegal matar fauna salvaje y pueden ser arrestados. Aunque ahora existe una ley de fauna salvaje promulgada en enero de 2014, que obliga al KWS a compensar los ataques de depredadores, las Comunidades Pastoralistas saben que no serán compensadas porque el proceso es muy burocrático, político y tedioso. Así que prefieren matar los leones porque los propietarios del ganado que ha sido atacado por leones no serán compensados por sus pérdidas, así que no tienen incentivo para aguantar a los leones más de lo necesario. El problema de enterrar leones secretamente para que no se enteren las autoridades resalta la complejidad del problema de la caza de leones.

Resumen de los descubrimientos sobre el programa WCL

Los problemas indicados, respecto a la cantidad de dinero pagado, por debajo del valor de mercado, y a la factibilidad sostenible del programa de arrendamiento para la fauna salvaje de por sí, plantean la cuestión del proceso participativo que se usó - si se hizo – al elaborar ideas y decisiones sobre el programa de arrendamiento. En primer lugar, es altamente probable que no hubiera una participación correcta o real de las Comunidades Pastoralistas en el proceso de toma de decisiones que llevó a los actores a marcar un número o cantidad que debía pagarse a los propietarios participantes.

En segundo lugar, la posible in-sostenibilidad de los fondos para el programa de arrendamiento es un problema que debió hablarse con los miembros de la comunidad, si hubiera habido una participación real de la comunidad Pastoralista en el diseño y desarrollo del programa de arrendamiento. Esto hubiese contribuido a una solución factible para el conflicto de humanos con fauna salvaje, el vallado, subdivisión y venta de la tierra, incluso cuando la financiación se detuviera. Así que parece que no hubo una participación real de la comunidad, sino una coerción invisible al programa de arrendamiento mediante la atracción por los pagos a plazos.

De hecho, varios jefes de familia de las Comunidades Pastoralistas son analfabetos o “semianalfabetos” y podían ser fácilmente maleables o coaccionables, en parte por su limitada comprensión o conocimiento sobre la operativa del contrato del programa de arrendamiento y beneficios que se les presentó. Varios de los hogares de las Comunidades Pastoralistas ya habían firmado contratos comprometiéndose con los programas de arrendamiento. Tras 5 años, los pagos cesaron con la explicación que los fondos para el programa se habían acabado. Una pregunta que le viene a uno a la cabeza es si el programa de arrendamiento era parte de un plan para comprar tiempo e impedir que las comunidades vendieran su tierra, o estrategias ocultas para forzar a las Comunidades Pastoralistas a comprometer sus tierras para conservación de fauna salvaje usando contratos de arrendamiento a largo plazo. Uno de estos contratos a largo plazo que podría ser ilustrativo de este punto y que es cuestionable, es el contrato de arrendamiento comprometiendo 1.200 acres de tierra por 199 años firmado por uno de los propietarios ancianos analfabetos de las Comunidades Pastoralistas, conocido como Mzee Somog, un pastor involucrado en el programa de arrendamiento de tierras con 1.200 acres de tierra. Ha sido elogiado por TWF como un buen modelo por su decisión de comprometer su parcela de tierra al programa de arrendamiento (para más información al respecto, se puede visitar la web de TWF, un artículo titulado ‘The 199 Years Pledge: My 1200 Acres Of Land For My Cows And Your Wildlife’ de Ed Loosli, Director de The Wildlife Foundation en http://wildlifefoundationkenya.org/blog/the-199-years-pledge-my-1200-acres-of-land-for-my-cows-and-your-wildlife/#sthash.ADgiOSyP.dpuf).

Según TWF, el programa se creó para ser un piloto, una prueba de cuán viable puede ser, para ser modelado y adoptado por la institución gubernamental a cargo de la fauna salvaje. No obstante, los propietarios de tierra se han comprometido a no-subdividir ni vallar sus tierras por el bien de la fauna salvaje, como el anciano que comprometió la suya por 199 años, aunque los fondos se han terminado.

A pesar de las declaraciones de TWF y su coalición de actores implicados, en el sentido que el programa de arrendamiento sirve para permitir a las Comunidades Pastoralistas continuar usando su tierra como pasto para ganado, está claro que el principal foco del programa WCL era mantener las llanuras abiertas y asegurar que las Comunidades Pastoralistas no vallen o subdividan sus tierras, para facilitar el movimiento de fauna salvaje fuera de la zona protegida. Esto permite el pasto y la migración natural de fauna salvaje, como el ñu, desde el Parque Nacional de Nairobi a las Llanuras del Serengeti en el sur. Además, las poblaciones de leones se incrementarán porque el resto de fauna salvaje que les alimenta también será mantenido por las llanuras de las comunidades pastoralistas.

Así pues, aunque el concepto es bueno y tiene puntos válidos, no es factible o práctico a largo plazo. El programa sólo puede funcionar a corto plazo, incluso si hay fondos para mantenerlo. De hecho, Osano (2013) observa que se debe usar un Híbrido de intervenciones de Conservación, y que “el WCL no puede triunfar en solitario. A este efecto, es necesario un desarrollo de un híbrido de intervenciones con un contenido que incluya el uso de servidumbres de Conservación, esquemas de compensación por ganado, establecimiento de conservancies comunitarias y esfuerzos reforzados anti-furtivos”.

De todas formas, basándonos en el hecho que otras intervenciones de conservación no han funcionado en el caso del PNN, es importante permitir que la comunidad encuentre sus propias soluciones. Resulta evidente en este estudio que no hubo sinergias reales entre fauna salvaje, ganado y las necesidades, opiniones y soluciones propuestas por la comunidad, cuando se creó el programa de arrendamiento.

Conclusiones y recomendaciones

La venta, subdivisión y vallado de la tierra en las zonas de dispersión de Kitengela continúa con rapidez a pesar de los varios esfuerzos de ONG para detener estas actividades. El estudio descubrió una serie de motivos por los que las intervenciones de conservación no estaban funcionando. Para los propietarios de tierra pastoralistas maasai que no quieren vender y subdividir su tierra, el vallado se mantiene, pues la vida salvaje del parque no les beneficia en nada, sino que compite con su ganado por pasto y agua y ataca a su ganado, destruye sus cosechas (en el caso de los agro-pastoralistas) y trae enfermedades al ganado. Así que no ven motivo para mantener sus tierras abiertas para la fauna salvaje, que les causa más daños que beneficios. En segundo lugar, la mayoría de propietarios de tierra que tienen tierras cerca de las principales carreteras donde hay desarrollo urbano y en la frontera sur del parque, ven más provechoso vender su tierra que continuar con su estilo de vida pastoral, llena de sufrimiento, especialmente en la estación seca. A parte, la valoración de las tierras es muy alta cerca de la carretera y uno puede vender tierra y conseguir suficiente dinero para el resto de su vida si lo usa correctamente. En tercer lugar, algunas de las intervenciones de conservación como el programa de arrendamiento para la conservación de la fauna salvaje, que tenían muy buenas intenciones y un plan de trabajo, eran insostenibles desde el principio, cosa que indica que la idea fue impuesta y que la comunidad no formó parte del proceso de toma de decisiones.

Todas las intervenciones implementadas han fallado ostensiblemente porque nadie (ni las ONG para la conservación ni el KWS gubernamental) está realmente escuchando a la comunidad o involucrándola en la toma de decisiones. La comunidad no obtiene ningún beneficio de la presencia de fauna salvaje del parque, que compite por recursos con sus animales o mata a su ganado. En segundo lugar, a la comunidad no se le permite entrar en el parque ni siquiera durante la estación seca, a pesar de haber albergado animales del parque en otra época, hecho que acaba con los pastos para sus animales.

Además, a pesar de ser la única comunidad indígena que coexiste con la fauna salvaje en esta época moderna, la comunidad de pastoralistas Maasai son percibidos por los burócratas conservacionistas como amenazas a la conservación. En concreto, son vistos como los peores enemigos de los leones y son percibidos como avariciosos por su cultura de tener grandes manadas de ganado, que son consideradas responsables de la reducción de los recursos de pasto disponibles para la fauna salvaje y como causantes de degradación medioambiental.

También es evidente que la comunidad pastoralista maasai no está involucrada en la toma de decisiones. La única solución factible parece ser un acuerdo de co-gestión del parque y sus alrededores en el futuro, que equilibre las necesidades de la comunidad pastoralista con la necesidad de protección y gestión del parque. Esto incluye una planificación espacial y un modelo de gestión integrados para la tierra comunitaria en las zonas de dispersión y las tierras pertenecientes al PNN. El acuerdo de co-gestión debería tratar las necesidades de la comunidad (acceder a pastos dentro del parque) para equilibrar los problemas de compartir recursos con la fauna salvaje del parque y reducir tensiones entre los gestores del parque y la comunidad. En el proceso, la comunidad compartirá beneficios de los costes relacionados con el hecho de vivir al lado del parque y tendrá algún poder en la toma de decisiones en cuestiones relacionadas con la gestión del parque. Como se mencionaba antes, la comunidad ha indicado que quieren tener acceso a tierras de pasto en el parque, especialmente durante la estación seca cuando no hay hierba en las tierras comunitarias. Esto es comprensible dado que la comunidad alberga fauna salvaje del parque en otras estaciones. La comunidad también quiere estar involucrada directamente en la co-gestión del parque, mediante los principios de compartir beneficios y poder, con el fin de gestionar sosteniblemente y conservar las tierras y la fauna salvaje en el ecosistema del PNN, en la frontera sur del parque, donde es al menos viable conservar el parque.

Notas

1 Entrevistas con comunidades pastoralistas revelaron estas percepciones del gobierno por parte de las comunidades afectadas.

2Entrevistas con Nickson Parmisa, Jefe en la zona local designado por el Gobierno y Pastoralista Maasai.

3Esto sería posible si el parque se gestionara conjuntamente con la comunidad.

4http://www.tripadvisor.com/attraction_review-g294207-d311535-reviews-nairobi_national_park-nairobi.html

5Información basada en entrevistas en profundidad con el director de la fundación de fauna salvaje

6Boma es una granja, una casa. En swahili, en lengua maasai y en las lenguas kenianas más usadas.

7Gobierno de Kenia (2008). Nairobi metro 2030: una metrópolis africana de clase mundial. Nairobi: ministerio de desarrollo urbano

8Entrevistas con el oficial para la comunidad, KWS, sr. Omondi.

9Ver http://wildlifefoundationkenya.org/programs/

10Ver http://wildlifefoundationkenya.org/programs/

11Como base para el GEF/World Bank Grant, el número de leones fue calculado en 18 ejemplares, por parte del TWF Chair, Ed Loosli

12Información facilitada por ED LOOSLI, representante de la Wildlife Foundation al evaluador del programa.

13Esta sección se basa en entrevistas de campo hechas entre julio de 2014 y enero de 2015

14Los pagos por arrendamiento cesaron en 2010 o 2012, cuando los fondos de ONGs se acabaron, remarcando la insostenibilidad del programa.

15Es un actor activo en asuntos de conservación de fauna salvaje. Es el director del rancho Lisa, en Konza, condado de Machakos, fronterizo con el Parque Nacional de Nairobi.

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